martes, 4 de agosto de 2009

Una piñata y un pony

Desde que tengo memoria no soy fanática de los cumpleaños. Creo que tiene que ver con el hecho de que mi cumpleaños es en agosto, lo que para un niño en edad escolar significa vacaciones del colegio. Puedo recordar que en cada uno de mis cumpleaños había una mini fiestita en casa, eso si, pura familia. Debido a que la diferencia de edad con mis primos mas cercanos es mínimo 9 años, cuando digo pura familia me refiero a puros adultos. Padres, abuela, tíos y primos acudían puntuales a la cita el dia de mi cumpleaños, con los respectivos regalitos, los buenos deseos, fotos para allá, pasapalos para acá. Todo muy chévere la verdad, pero siempre hacían falta otros niños. Mi hermano me lleva 3 años de diferencia, pero you know what i mean. Muchas veces mi mamá invitó a mis amiguitos del colegio a celebrar mi cumple, pero la respuesta era siempre la misma: eran vacaciones, estaban en la playa, se había ido a Disney, o tenían planeado un viaje para casa de la abuela en San Rafael del Cocuy. Equis. Siempre la pasé muy bien en mis cumpleaños anyway. Era la reina durante ese dia y con eso bastaba (ademas que la familia siempre regala algo, bonito, feo, pura buena intención, ropa, lo que sea, pero regalo es regalo para un niño!).

Conforme fueron pasando los años me fui haciendo menos apegada a celebrar esa fecha; incluso recuerdo en mi año adolescente de odio al mundo, haber pedido que no compraran torta. Un par de amigas del cole, el novio, una vecinita o el hijo de alguna amiga de mi mamá. Y la familia. Esos eran los ingredientes de mis días de cumpleaños. Mis quince, torta, primos, y al dia siguiente viaje para Europa. Los 18, primera salida legal a una discoteca (ya antes había entrado, pero me moría por estrenar mi recién adquirida mayoría de edad) 21, en casa, familia, un novio y una amiga del cole. Y así sucesivamente. Siempre algo tipo tranquilo con pocos amigos. Y como dice una amiga, la misma llamada 500 veces "que vas hacer? que te han regalado?" (aunq yo amo esa llamada)

El domingo pasado celebré mis 25 primaveras. Jajaja. Ya me habían preguntado que iba a hacer, el chaleco del cuarto de cupón, donde era la rumba etc. Cualquier plan incluye a mi mamá, y como ni mi hermano ni mi papá viven en Ccs, podía hacer cualquier cosa en realidad. Al final decidí quedarme en casa de mi mamá, comer juntas, tal vez comprar ropa o algo así, además que un domingo en Los Teques no es muy prometedor que se diga, pero no me preocupé por organizar nada. Un año mas, gran cosa. Al fin y al cabo, seguramente si mis primos asistían, alguno traería una torta. Mi mejor amiga me dijo que cualquier cosa que hiciera ella iba incluida, pero como la confianza da asco le dije, bueno si quieres venir a morsear con nosotras eres bienvenida.

Llega el domingo, un par de llamadas a las 12 am, feliz cumpleaños! Gracias gracias por acordarte, sigo durmiendo. 8 AM, me llama mi padrino, atiendo feliz y despiertita, me dice capaz nos vemos ahora (traducción nos vemos otro dia) 10 AM mi mamá y yo, desayuno, leer el periódico, salir luego al mercado. Lo de siempre, un domingo super normal. Lluvia –perfecto, digo yo-
2pm. Ni un mensaje. Me espanto por un momento (crisis del cuarto de cupón dicen) nada, apago y enciendo el cel de nuevo, y para variar, movilnet me estaba jugando una mala pasada, mi celular estaba fuera de servicio. Llame, reclame y al ratito comenzaron a llegar los mensajes y las llamadas perdidas. Me conecto a Internet –siempre queda el Facebook- ok estamos bien, muchos se manifestaron por la red. Crisis superada.

Mi sorpresa se da en el momento en que comienzo a ver mensajes de mi celular estilo donde estas, donde estas, estoy en la panamericana, como llego a casa de tu mamá y cosas así. De diferentes personas. Comienza la corredera.
“mamá, creo que fulanito y zutanito vienen. Osea me dijeron que están en camino”
"ayyy Astrid y que les vamos a ofrecer? Vamos a comprar alguito." en cuestión de minutos teníamos una tortita, pepsi, galletitas y dip para ofrecer a los invitados, (we absolutely love having people over) y seguimos con nuestra rutina dominguera.

Al rato, y como si de una caravana se tratara, llegaron los amigos. Uno, dos, tres carros. Pasen siéntense que les ofrezco (por suerte en mi casa siempre hay ron) encender la portátil y un poquitín de música. Comienza la tertulia. Media hora después llega otro carro. Par de amigos mas. 5 minutos después dos amigas de la vida tocan el inter. –wao, creo que estoy feliz, me digo- nos sentamos todos a echar cuentos, oír música, hablar de política, de la edad y que fulano y zutana se van a casar. Una reunión de amigos. Los de la uni y las del cole sin conocerse se integraron de maravilla -cuando comenzó el capítulo de anécdotas de astrina-. Mi mamá contenta, yo contentísima. Hice el antipasto mas sabroso de la vida –modestamente- en algo asi como 20 min. Llegaron los primos. Entren que caben cien. El apartamento parecía pequeño. Sin embargo todos se acomodaron perfectamente. Sigo feliz. Crisis de hielo, pedirle a la vecina, bajar a comprar mas. Crisis superada. Continua la tertulia y el chalequeo por el cumple. Las hijitas de los primos corren y se comen las galletas, los amigos fuman, cambian la música y se ríen. Mi mamá conversa, saca álbumes de fotos mías cuando tenia 5 años y toma fotos nuevas. Mi celular suena y no paran de llegar mensajes. Estoy feliz.
Llega el momento de la torta, cantamos cumpleaños, el chalequeo goes on, el intento de salita, fotos, otra vez que salio movida. Otra foto, felicidades. En fin. Casi a las 12, muy al estilo de cenicienta, comienzan a despedirse. Mañana hay trabajo, tenemos que bajar la panamericana, esta lloviznando etc.

Despedidas, bajar cien veces en ascensor, llévale un pedazo de torta a tu mamá, gracias por venir. Me avisan cuando lleguen. –estoy feliz-
Aunque parezca, el objetivo de este post no es describir que sucedió el dia de mi cumpleaños numero 25, sino agradecer. A todos los que escribieron, a los que llamaron, a los que vinieron y a los que quisieron venir. A la que llamó el lunes a primera hora desde Miami, y a los que escribieron durante el dia, tarde pero seguro. Ese ratico improvisado con los amigos y la familia me llenó de una felicidad inmensa, ha sido uno de los mejores cumpleaños de la vida. No se si es porque son 25 y me estoy volviendo vieja y tradicionalista, pero de alguna manera este dia fue todas las fiestitas sin niñitos que me faltaban en una sola reunioncita. Si alguien hubiera traído una piñata y un pony, hubiera creido que estaba cumpliendo 8 de nuevo. Y sigo feliz =)



2 comentarios:

  1. Couldn't help but smile as I read! Te imagino con una piñata en forma de helados, no sé por qué. A mí no me gustan las piñatas, de niña siempre fui la perdedora que no lograba darle el palazo a la cosa esa, siempre me bajaba el autoestima.

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  2. Piñatas. Papelillos. Niños corriendo por la sala de tu casa, agarrando TUS cosas, comiendo de las cosas que TU mamà compró, haciendo de TU casa un chiquero. ¿Fiestas? jajajaja. Bien blog. Me gustó este y un par de entradas que ya he leido.

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