Se les recuerda a los señores usuarios

Todos los días cuando me subo a los vagones del metro de Caracas hago una especie de preparación Psicológica para lo que viene. Cierta clase de meditación estilo El secreto: no hace calor, nadie me va a tropezar, no hace calor, no me acaban de pisar, no hace calor etc. Acto seguido comienza el contrapunteo físico de los que quieren pasar y los que quieren salir. Normal. De alguna manera siempre consigo entrar en el vagón que no tiene aire, o el que parece vacío pero que en realidad esta mas lleno de todos, equis, igual entro. Normal. Todo parece tolerable si tomamos en cuenta la mediana rapidez con la que llegas a tu destino.
So a pesar de, me entretengo pensando en cualquier cosa y espero que comience la cuenta regresiva de estaciones hasta que llegue la que me toca.

“Se les recuerda a los señores usuarios que para mantener la limpieza de nuestras unidades no se que no se que, también se les recuerda que deben evitar el uso de equipos de sonido para evitar interferir con los altavoces dentro de los vagones”. Que fino –pienso yo- bienvenida civilización; acto seguido, como si el fulano Murphy estuviera conspirando, se monta un ser que de alguna manera parece no entender el significado de los audífonos. Saca su celular vergatario (no comments) y a todo volumen comienza a sonar algo estilo si nos fuéramos venio no nos fueran agarrao (inserten aquí la frase salso-reguetonera-vallenatosa de su preferencia). I mean, yo entiendo la diversidad. Digamos que no tengo nada en contra de éstos géneros musicales (mentira, los odio), para los gustos los colores, pero amigo, consigue unos audífonos, asi sea de esos que cuestan 20 Bs. en los buhoneros. Equis.

Ya después de varias situaciones similares, un dia de esos en que uno anda con la paciencia en cero, que te levantaste tarde, que llovió, que no desayunaste o simplemente amaneciste de mal humor, me harté de la situación y decidí alzar mi voz al respecto.

Yo: oye disculpa, podrías bajarle el volumen por fa?

Yornaikel (así lo bauticé): te molesta?

Yo: (-en mi mente- noooooooo estupido, es que quiero que me digas el nombre de la canción) ehh la verdad si, no tienes audífonos?

Yornaikel: -riéndose- No vale, esos bichos maltratan los oídos, pero ésta canción es buena

Yo: (creo que maltratado tienes el cerebro)no creo que todos la estemos disfrutando como tu

Señora A ( estaba cerca): es verdad, bájala

Yornaikel: -bajando un poquitico el volumen_ bueno vale, pero es para amenizar el viaje

Yo: -en mi mente, damn Yorna, conoces el término amenizar!- Creo que sería mas ameno el silencio

Yornaikel: bueno pero yo no soy el único
Yo: (en mimente) -no, no eres el único imbécil que oye esa basura lamentablemente, ya te odio- bueno pero eres el que está mas cerca!

Señora A: es verdad mijo, bájele

Yornaikel: noo vale, si es en cayapa y tooo, ya le bajé

Yo: -en mi mente- imbeeeeeeeecil

De esa manera termina la primera parte de nuestra conversación, y yo sigo de mal humor, tal vez de peor humor. Dos estaciones después, se monta Yanlardo (asi lo bauticé) y prende su vergatario con su devorame otra vez a todo volumen

Yornaikel: -haciéndose el loco, le sube el volumen-

Yo: here we go again

Señora A: definitivamente vale, la gente no entiende, es perder saliva

Yo: (en mi mente) será que me entiende si lo escupo? Nah, me bajo en la próxima estación. (En mi mente de nuevo, me bajo y al salir dejo una granada y el vagón explota en mil pedazos) Jiji, Lo siento por la señora.