sábado, 25 de septiembre de 2010

Mis razones

Cuando cumplí diez años lo primero que quise hacer fue tener cédula. Recuerdo que fui con mi mamá y mi hermano mayor cuando a él le tocó sacar su cedula y le pregunte al señor que llenaba la planilla que si yo me la podía sacar. “A partir de los 10 años” dijo sin si siquiera voltear a verme. Con éstas palabras me fui, dejándolas grabadas en mi memoria hasta el dia que los cumplí. Recuerdo que estaba emocionadísima cuando me iban a sacar al foto, y cuando tuve ese papelito plastificado en mis manos me sentí grande. Un vez fuimos a un club de playa y pedían identificación de todas las personas que iban en el vehiculo. Yo de “salía” por supuesto saque mi cedula y al vigilante no le quedó otra opción que anotarme en su lista, no sin antes mirar a mi mamá con cara de complicidad y sonreírme mientras me devolvía mi identificación.

Dos días después que cumplí 18 años fui a inscribirme en el Registro electoral. Para ese entonces había una campaña realmente intensa, y recuerdo que la cola era larguísima. La hice, y me inscribí. Salí de allí como quien adquiere una responsabilidad que no sabes manejar muy bien, pero sintiendo que ahora si contaría mi opinión.  Desde ese entonces no he dejado de votar. Unas veces con lluvia, otras con sol, con colas larguísimas y otras con centros de votación vacíos. Pero desde que puedo, siempre he votado. 

Mucha de la gente que conozco dice que no va a votar. Dicen sentirse traicionados, cansados, utilizados y otros “ados” que no voy a mencionar. Siento que me sangra un ojo cada vez que me dicen: “para que vas a ir? Si igual eso está ya resuelto?”

Sin embargo si. Si voy a votar este 26 de septiembre. Este y todas las veces que haya que votar. Porque es mi derecho. Porque como me enseñaron en Educación familiar y ciudadana en 7mo grado el voto es libre, universal, directo y secreto. Nadie me coacciona a hacerlo. Voy a votar porque ese 4 de agosto cuando me inscribí en el registro electoral algo se grabó en mi disco duro. “es una responsabilidad”. Y como tal la asumo. Voy a votar porque creo que quejarse y no hacer nada es igual a que no te importe. Y mi me importa. Voy a votar porque creo que el cambio comienza por nosotros, aunque suena a frase de galleta china. Voy a votar porque quiero leyes que se cumplan y que sean iguales para todos. Voy a votar porque desde hace mucho tiempo no me siento segura caminando por la calle, no importa el dia, no importa la hora. Voy a votar porque no creo en falsos profetas que vaticinan desde la comodidad de una palmera en miami desastres y fraudes. Voy a votar porque creo en la democracia y  porque creo que cuando uno no esta conforme con algo tiene que quejarse. Y en este caso, la manera de quejarse, de generar una reacción y un cambio es votando.

Voy a votar este 26 de septiembre. Y los invito a hacer lo mismo.  Por las razones que quieran, pero a votar responsablemente y con conciencia.